Soy Fredy Villarraga, médico egresado de la Universidad Nacional de Colombia en el año 1989. Obtuve experiencia y reconocimiento en la antigua Clinica Partenon,  donde realicé práctica integral a grupos familiares. Valoro esta experiencia que me permitió proyectarme como médico y educador, porque entiendo que esa fusión expresa lo que soy, lo que me gusta hacer y en últimas es lo que impacta  la vida del paciente para que se autogestione y mantenga un saludable equilibrio.

Cada vez que abordo un paciente, siento que tiene derecho a ser educado para entender que su salud depende de las decisiones que tome con respecto a su alimentación, a sus hábitos, a su relación con el entorno y a la consciencia sobre su poder sanador. Con esta motivación decidí iniciar un camino alterno de práctica médica independiente, basada en un acto de profundo respeto a la individualidad de cada ser humano, entendiéndolo como un todo y reconociendo que existen factores físicos, emocionales, mentales y espirituales, que al  interactuar generan beneficio o deterioro del estado de salud. 

Aplico principios básicos de medicina como: “Primum non nocere” Lo primero es no hacer daño, “No hay enfermedades sino enfermos” y “El alimento es tu medicina”, entre otros.

Me aproximé a esta forma diferente de ejercer la profesión en el año 1997, cuando Inicié el estudio de otras técnicas diagnósticas y terapéuticas como la Homeopatía y la Acupuntura, que siempre buscan rescatar la fuerza curativa natural del ser humano. Tuve la valiosa oportunidad de realizar un entrenamiento personalizado con el Dr. John Raúl Sabogal, reconocido médico pionero de la medicina alternativa en Colombia y discípulo del Dr. Reynol Voll, creador del método diagnóstico y terapéutico conocido como “Electroacupuntura de Voll”, con quien obtuve el conocimiento y la posibilidad de práctica clínica en Homeopatía, Homotoxicología, Terapia Neural y Acupuntura. 

Agradezco a la vida este encuentro en mi camino, que me enseñó otra forma de abordar al paciente, de conectarme con su necesidad, de entender su patología y de canalizar su energía para que sea actor protagónico de su proceso de sanación. Por esto he asumido como un compromiso personal, transmitir no solo el conocimiento de estas técnicas a las nuevas generaciones, sino sensibilizarnos con respecto a asumir que “paciente” no es el que espera, “paciente” es el que padece un inapropiado proceso de adaptación, que siempre se puede redireccionar.

Soy feliz siendo médico y vivo cada día al servicio de quien considere que puedo ser un instrumento en el camino de su sanación.